lunes, 3 de octubre de 2011

HISTORIA NEGRA: Historia Nuestra[1]



Cartagena de Indias, conocida como la “Ciudad Heroica de Colombia”, que fue declarada patrimonio histórico, turístico y cultural de la humanidad por la UNESCO, por su riqueza histórica y arquitectónica. Es la ciudad más bella de Colombia y una de las más bellas del mundo. Sus murallas, sus calles, sus casas y su arquitectura son producto de la colonización española que hace de esta ciudad un territorio lleno de belleza, que deja ver las huellas históricas en una misma sociedad. Pero a la luz de la realidad social, los rastros de la colonización en Cartagena, no sólo son bellezas; en la sociedad se ven reflejado a diario todas esas secuelas negativas que se presentan como fruto de las diferencias raciales y sociales de esas primeras comunidades, de los casos de marginalidad y discriminación entre las razas, y las diferencias entre los ejecución de cargos y poderes dentro de una misma comunidad.


Por ello, este trabajo, tiene como propósito exponer de forma comprensible y sencilla ese proceso de trata de personas en la época del esclavismo, y como esa historia a pesar de ser sucesos del pasado, aun se ven notorios en tratos sociales dentro de esta ciudad, basándose en la discriminación racial que aun viven las diferentes poblaciones negras y afro dentro de los espacios públicos; y lo que nos relata el artista Joe Arroyo en su canción titulada “Rebelión”.

La historia lleva en sus recuentos muchas simbologías de maltratos físicos, verbales y afectivos de actos que reflejaban la discriminación que vivía una población especifica que hicieron parte de los primeros habitantes de Colombia y en general de América Latina, llamada población negra, que sufrió el martirio de la esclavitud, procedente de la madre tierra, África; siendo esta la principal institución de la esclavitud, ya que los mismos negros tenían esclavos para cambiarlos por baratijas y otros elementos necesarios a su vida. También era antiguo el intercambio de mujeres esclavas entre los pueblos africanos.

La historia nos cuenta que en los años mil seiscientos, llegaron conquistares a las calles de Cartagena, proceden

tes de la colonia española y que traían consigo esclavos africanos encadenados, que al ser desembarcados de los barcos negreros, respiraban aire libre con pulmones que apenas tenían fuerzas para hacerlo; pero que consecuentemente, ellos eran manejados según un criterio mercantil, que se reflejaba al ser vendía, donde su capacidad era sólo procurada para el trabajo; los esclavos eran comprados por los mineros, los hacendados, los transportadores, y su trato era relacionado con el negociar de unas mulas o una mercancía cualquiera sin alma, sin responsabilidad y sin humanos derechos

, a veces estos eran herraba a fuego como al ganado[2], y estaban sometidos a actividades forzadas y a maltratados físicos, como las incansables y tortuosas horas de labores sin remuneraciones algunas y prohibiciones exageradas de convivencia entre las elites españolas formadas.

Prohibiciones que iban enmarcadas desde la no libertad al realizar actividades como las ejecutadas por los españoles de común, hasta la unión física y sentimental entre las razas. Un esclavo estaba limitado totalmente a tener unión marital e incluso vida social con una blanca española, y si esto sucedía por cosas del destino, se le era negada dicha unión, e inclusive ambo

s eran desterrados, torturados y asesinados sin compasión alguna[3].

Fueron muchos los años que sufrieron estos negros africanos; pero un día cansado de la esclavitud se rebelaron contra los tiranos españoles, de tantos maltratos y trabajos forzados a los que eran sometidos, y que día tras día daban símbolo de lo que para los colonizadores españoles era la raza negra, una raza sucia, basta y sin derecho a nada, solo a la esclavitud[4].

Hoy en día han pasado más de 400 años desde esa época, que sin duda alguna dejó marcada la historia de toda

la humanidad en general, y aun más de la raza negra, pero que hoy aun es maltratada por los lazos de discriminación que quedaron como secuelas de todos esos cientos de años de opresión y dolor tuvieron que vivir por cosas de la vida y de la época.

La esclavitud ha dejado huellas que son perceptibles hoy en día, en nuestra ciudad. De una forma u otra aún se conservan los modos de discriminación hacia aquellos que por su pigmentación en la piel y por ser afro descendientes han sido excluidos por la herencia española y la tradición, y que a diario se reflejas situaciones de discriminación en diversos escenarios dentro del espacio público de esta ciudad[5]. Esta exclusión esta tan marcada en nuestra ciudad que hasta las personas de raza negra discriminan a sus iguales y consideran que lo ideal sería ser de piel y ojos claros, porque además, ser negro en nuestra ciudad, está cargado de muchas connotaciones negativas, pues tener la piel oscura es sinónimo de sucio, de vulgar, de fealdad, de vandalismo entre otras, que sin duda marcan una diferencia racial en Cartagena[6].

Aunque la esclavitud se ha abolido, la discriminación racial es una estela de esta y representa una forma de violencia pasiva que en muchos casos se ve materializada en situaciones aberrantes de agresividad que resulta vergonzoso que en una ciudad como Cartagena, donde gran parte de la población es de piel negra. Es importante realizar una revaluación de conceptos a partir de la ciudad que queremos construir a partir de la inclusión, destruyendo las brechas discriminatorias que impiden una construcción de tejido social.

Si bien en aquellos años 1600, en que la esclavitud y la discriminación se consolidaron hubieron daños irreparables, pero es justo resaltar el coraje y la sagacidad de un negro que aunque alienado por la maldad del poderío español supo sortear muchas situaciones de peligro: Benkos Biohó: un líder de esclavos cimarrones en Colombia durante el siglo XVI, que nació en la región de Biohó, Guinea Bissau, en África Occidental, donde fue secuestrado por el traficante portugués Pedro Gómez Reynel, vendido al comerciante Juan de Palacios y revendido por este como esclavo al español Alonso del Campo en 1596, en Cartagena de Indias[7].

Tan magna fue su astucia que conformó una red de inteligencia que le daba información sobre los sucesos que acontecían en la ciudad y organizaba las fugas de más esclavos cimarrones hacia el territorio liberado, que también era llamado palenque o quilombo; también logró que se firmara un tratado de paz que duró de 1605 a 1612. Biohó fue sorprendido una noche por la guardia de la muralla y apresado: lo ahorcaron y descuartizaron el 16 de marzo de 1621; murió pero dejó un legado de liderazgo y una consigna de inmortalización para esta raza que durante siglos ha sido considerada menos que basura, pero que en realidad dista mucho de ser esa concepción tan macabra y vacía con la que la han caracterizado.


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[1] Este texto está basado en la realidad social que frecuentemente enfrentan las poblaciones afro y negras, las cortinas de discriminación que los cubre dentro de la ciudad de Cartagena, y su relación con el trabajo musical del Joe Arroyo llamado “Rebelión”.

[2] Arango Bueno, Teresa. PRECOLOMBIA introducción al estudio del indígena colombiano: Negreros y Esclavos en Colombia [on line]. Ed. Sucesores de Rivadeneyra S.A. Disponible en Internet:

[3] Navarrete, María Cristina. Génesis y desarrollo de la esclavitud en Colombia siglos XVI y XVII: Mala Vida y Control Social. 1ra Ed. Cali: Universidad del Valle, 2005. P 283.

[4] ESCLAVITUD: La influencia del cristianismo [on line]. Disponible en Internet:

[5] Rhenals Doria, Ana Milena; Flórez Bolívar, Francisco J. ENTRE LO ÁRABE Y LO NEGRO: RAZA E INMIGRACIÓN EN CARTAGENA, 1880-1930. En: Revista Sociedad y Economía, Núm. 15, diciembre, 2008, pp. 123-144. ISSN: 1657-6357.

[6] Rhenals; Flórez Bolívar, Op.cit.

[7] Tomado de Benkos Biohó, Wikipedia [on line].


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