Con el proceso de modernización y la mezcla de esté con los avances tecnológicos se produjeron en la sociedad fuertes repercusiones, en la manera como se vio afectada parte de las elites, pero que a la vez no cambio las vida de las mayorías.
Es que con el surgimiento de las nuevas tecnologías, y en especial del internet, la socieda
d de la información avanzó de forma acelerada; cada segundo más datos se difundían en la Internet y las transferencias de ideas se hacían mucho más fáciles. Nuestras vidas se acercaron a la ciber-realidad y su velocidad aumento a un ritmo vertiginoso mientras nueva información alimenta continuamente el mayor legado humano creado hasta la fecha.
Pero al crecer las comunicaciones, las comunidades y sus ideales, se expandieron las creaciones y las recreaciones, y a través del mismo mundo cibernético se crearon sistemas que apuntaron a la expresión de ideas y creaciones propias y/o basadas en otras ya creadas.
Esta fue la situación que desbordo el problema en ésta, la era digital, donde se dividieron las nuevas fronteras entre “la creatividad” y la llamada “propiedad intelectual”. Por los intentos de unos pocos de poner puertas al campo, tratando de ingresarle "legalidad" a una Red que se encuentra corrompida, en la cual se buscan chivos expiatorios, se privatiza, se acaba con las esencias, los colores básicos, los sonidos armónicos, la libertad de vivir, pensar y expresar.
Y es que la sociedad neoliberal presente en todos los aspectos de la vida cotidiana de los seres humanos actuales, aumenta sus ramas y extiende el devenir de las personas, de las ciencias, de las artes, y por supuesto, de las tecnologías. En un burdo intento de extinguir la cultura, de reducirla a simple producto de consumo, simular una ciudadanía consumista en un ambiente digital, plagado de trampas, tarjetas de crédito y sobre todo, ignorancia telemática.
Pero es que la cultura se construye a partir del pasado, y que el pasado siempre intenta controlar el futuro, y más aun que para construir sociedades libres se vuelve necesario limitar el control desde el pasado; pues llegó la hora de mostrar nuevas oleadas de legislaciones sobre las nuevas realidades que se han hecho posibles en Internet, que han sido vendidas como leyes de protección y seguridad para la sociedad, pero cuya finalidad no es otra que la monopolización de la producción y la criminalización de espacios de creación e inteligencia colectiva, con objeto de obtener un mayor poder capital y patrimonial oligárquico.
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